jueves, 12 de mayo de 2011

Una poesía que le gusta a Góngora

Señor don Juan, pues con la fiebre apenas
se calienta la sangre desmayada,
y por la mucha edad, desabrigada,
tiembla, no pulsa, entre la arteria y venas;

pues que de nieve están las cumbres llenas,
la boca, de los años saqueada,
la vista, enferma, en noche sepultada,
y las potencias, de ejercicio ajenas,

salid a recibir la sepoltura,
acariciad la tumba y monumento;
que morir vivo es última cordura.

La mayor parte de la muerte siento
que se pasa en contentos y locura,
y a la menor se guarda el sentimiento.


(Aunque sea de Quevedo).

martes, 1 de marzo de 2011

Por qué cada voto cuenta

El próximo 22 de mayo tenemos una cita electoral que es bastante más importante de lo que parece. Dado que los ciudadanos vamos a elegir a quienes han de representarnos a la hora de gestionar nuestros ayuntamientos y algunas comunidades autónomas (que no gobernarnos), los partidos y sus máquinas mediáticas ya están arrancando los motores para promover la actitud democrática que más les interesa: la abstención. ¿Ah, que no lo sabíais? Claro que sí. Partidos como el PSOE, el PP o el PAL, con sus actos cotidianos y sus mensajes a la prensa no están pidiéndoos que les votéis. Cada uno de ellos ya cuenta, o cree contar, con su propio vivero de votos, cada uno en sus sectores demográficos específicos (normalmente los bien adoctrinados y mansos, que les han dicho que heredarán, seguro). Cuando actúan en público, esto es, donde tú y yo podamos verlos, en realidad lo que buscan es despertar en nuestros espíritus críticos la sobrerreacción: "Son todos iguales. No voy a votar a nadie, que se vayan todos a la mierda". Y, lo peor, es que normalmente lo consiguen.

Una cosa es ser anarquista y otra, muy distinta por definición, es ser gilipollas. El problema es que a quienes este mamoneo sistémico nos da tanto asco no queremos ni oír hablar de las urnas. El problema es que este rebote contra el sistema, tal y como lo hacemos, les funciona divinamente. Amigos y lectores mandaos, tened en cuenta una cosa: el españolito medio se cree que está lo bastante lejos de Túnez, Egipto, Libia o Grecia como para lanzarse a la calle a jugarse el tipo. Eso es así, así que la revolución no va a empezar mañana. Sin embargo, como todo sistema implica que forman parte de él sus mecanismos de autodestrucción, el sistema electoral vigente puede ser utilizado para entorpecer las intenciones latrocínicas de sus habituales beneficiarios. ¿Cómo? ¡Votando! Pero claro, a otros.

Primero lo voy a poner así en palabras de andar por casa, algo que te podría decir el hijo de tu vecino, el que se pasa la tarde fumando porros en su cuarto y leyendo libros raros. Luego voy a intentar explicarlo científicamente para que no se note que estoy copiando lo que dice el hijo de tu vecino el que se pasa la tarde fumando porros y leyendo libros raros.

Cuando no votas, o votas en blanco, estás favoreciendo a los partidos más votados. Sí, esos de los que ya sabes quién está imputado, quién ha connivido con los imputados o quién no para de rezar rosarios para que no salga lo suyo antes de las elecciones y la gente le vote igual. ¿Queremos decir con esto que sabemos quién es el candidato perfecto? ¿El que no es igual? Pues hombre, perfecto, perfecto, seguro que ninguno. Pero lo que sí es cierto, y también está demostrado, es que no todos son iguales. Para empezar, hay una diferencia sustancial. Hay otros partidos que llegan a las elecciones con una trayectoria más o menos larga (da igual que surjan la semana que viene o que lleven treinta años zascandileando por ahí), pero que están formados por gente que de verdad defiende lo que cree que es mejor para un ayuntamiento o para una comunidad; gente que jamás ha tocado dinero que no fuera suyo (incluso, contamos con ello, porque no hayan tenido la oportunidad) ; gente que ha combatido a los corruptos y gente que, de hecho, maldita la gana que tiene de meterse en política pero que no aguanta más que los únicos que se metan sean los que tienen algo más que ganas. Hoy son ellos, mañana puedes ser tú el que esté harto y te metas. ¿A que te gustaría contar con el beneficio de la duda?

En Regeneración Democrática pensamos mucho a quién va a ir nuestro voto. Sabemos a quiénes no va a ir. Y por eso lo único que queremos compartir con vosotros es esa actitud: meditad bien a quién vais a votar. Tened claro a quién no queréis votarle. No hace falta darle muchas vueltas, los hechos y las palabras están ahí.

"¿Y qué más dará que vote por ese cuarto o quinto partido, que ni siquiera sale por la tele? ¡Para eso me quedo en mi casa y no voto!" Pues ahí es donde nos equivocamos, amigos. Como todos acabamos pensando así, las listas más votadas son las de los que tienen la clientela asegurada, y además nosotros estamos cumpliendo con sus deseos más íntimos ya que también han conseguido que no queramos ir a votar. Ahora viene la explicación matemática, que es facilica.

En España la ley electoral reparte los escaños según una regla matemática que se llama "Ley D'Hont". Por cierto, todo el mundo lo vende como que es supercomplicado de entender. Eso es otro truco para que no le prestemos atención. Yo soy de letras y la entiendo.

Somos el único país de Europa que la aplica directamente, esto es, sin meter ninguna otra regla compensatoria. ¿Y por qué hay que meter reglas compensatorias? Pues es obvio: porque es una ley descompensada. Favorece a los grupos mayoritarios y hace desaparecer a los pequeños. Pero ojo. Recordad que los partidos que han gobernado en España en democracia nunca han tenido el voto de la mayoría de la población, sino de la mayoría de los votantes. Porque lo que cuentan son los grupos mayoritarios de votantes. Zapatero ganó las últimas elecciones con unos 11 millones de votantes, lo que significa que hay unos 34 millones de españoles que no le votaron. Y entre PP y PSOE no llegan a los 22 millones de votantes, esto es, que todavía habría 23 millones de españoles a quienes no representan. Pero al no votar, ellos pueden vender tranquilamente que España es mitad de uno, mitad de otro (con algunos restillos pa los demás).

Para entender la ley, es mejor que vayamos a cifras bajas, donde además es más evidente el peso que puede tener cada voto. Para este ejemplo voy a usar una encuesta publicada por la web elejidoactualidad.com a partir del 1 de marzo de 2011. Los datos usados son del día 3 de marzo, con 48 votos reales a distintos partidos. Como son tan pocos votos, los escaños que les voy a repartir son 6 nada más. Esto en realidad es solo para que veáis cómo funciona la mecánica de la Ley D'Hont a la hora de darle los escaños a unos u otros, así que nos dan igual los datos que muestre.

El primer paso es poner en una tabla cuántos votos ha obtenido cada partido. Vamos a ordenarlos por columnas de mayor a menor número de votos.

Podemos usar un simil para entenderlo mejor. Vamos a entender que los escaños tienen un precio, que se tiene que pagar en votos. La parte complicadilla es la que viene ahora. Una vez que un partido tiene un escaño, para conseguir el segundo ha de dividir su número de votos entre 2. Digamos que para conseguir el segundo escaño, sus votos valen solo la mitad. El primer escaño que se da es el más fácil. Se le da, sencillamente, a quien tenga el mayor número de votos en esa fila, ya que todos se dividen por 1. En este caso, con 19 votos, se lo llevaría UPyD.


Pero una vez adjudicado el primer escaño, a la hora de repartir el segundo, los partidos que no han "gastado" ningún voto siguen teniéndolos todos (divididos entre 1). Como sería el segundo para UPyD, UPyD en la segunda fila solo cuenta con la mitad de sus votos. Así, el 2º escaño se lo llevaría el PP, con 12 votos.A la hora de repartir el tercer escaño, tanto UPyD como PP cuentan solo con la mitad de sus votos, ya que para ellos sería el 2º. Así pues, el tercer escaño se lo llevaría IU, con 11 votos.
Ahora se reparte el cuarto, que iría para UPyD con sus 9,5 votos.
Ahora, UPyD tiene ya 2 escaños, por lo que para conseguir el 3º el valor de sus votos se divide entre 3. Como podéis imaginar, este proceso sigue igual: cuando un partido vaya a por su cuarto escaño, los votos se dividirán entre cuatro; para conseguir el quinto, entre cinco... y así mientras queden escaños que repartir.
Así pues, llegamos al sexto escaño y observamos el resultado final: UPyD ha conseguido 3 escaños, PP 2 e IU 1. PSOE y PAL no obtendrían ninguno. ¿Por qué se dice que es un sistema descompensado?

Pues porque con el 39,6% de los votos totales, UPyD ha conseguido el 50% de los escaños. El PP, con el 25% de los votos consigue el 33% de los escaños. Mientras que IU, con el 22,9% de los votos se queda con el 16,33% de los escaños. Y todavía no se puede quejar, ya que el 8,33% de los votos del PSOE ni siquiera obtienen representación. El PAL tiene la mitad de votos que el PSOE, 4%, y los mismos escaños: 0.

Pero como hasta que no se cambie la Ley Electoral no estará compensado, ¿cómo podemos compensarlo nosotros? ¡Con nuestros votos! En serio. Funciona. He simulado la misma tabla, con el mismo número de escaños y he sumado 1 voto a cada partido. Solo 1 voto. Los resultados son los siguientes:
UPyD conseguiría 2 escaños, PP conseguiría 2 escaños e IU conseguiría 2 escaños. Un panorama de Gobierno completamente (pero completamente) distinto del anterior. La desproporción entre el porcentaje de votos y el porcentaje de representación continúa, como en el escenario anterior, pero ya está un poco más corregida (entendemos la corrección en un mayor reparto del poder, con este sistema lo que no se puede esperar es que se llegue a la justicia real).

Antes UPyD tenía una representación de 11 puntos porcentuales más de los que les correspondería a sus votos, el PP de 8 puntos porcentuales de más e IU de 7 puntos porcentuales menos. Ahora UPyD tiene una representación 4 puntos porcentuales más baja de la que le correspondería por votos, mientras que PP e IU tienen una representación de 8 y 11 puntos porcentuales más de los que les corresponderían. PSOE y PAL siguen sin representación. Entonces diréis, ¿cómo esto está corregido?

Muy sencillo antes un solo partido tenía la mayoría de escaños, por lo que una sola opción tomaría las decisiones que afectasen a todos los votantes, sin tener la mayoría del total de votos. Con la "corrección", ninguno puede arrogarse el poder de tomar decisiones que afecten a todos los demás sin contar con, por lo menos, el apoyo de otro partido. Esta suma puntual sí que representaría a una mayoría de los votantes, y además obligaría a negociar, con lo que no solo se escucharían los intereses de un grupo.

Como nuestro modelo es tan pequeño, evidentemente, no podemos hacer grandes matemáticas con él. Van a ser unos u otros. Pero hasta eso es mejor que la imposición de los intereses de un solo grupo. En la realidad los números suelen ser más grandes. Si llegásemos a más escaños veríamos otras desigualdades. Por ejemplo, en caso de empate a la hora de adjudicar un escaño, ¡el voto se lo lleva la lista más votada en total, por si había poca descompensación! En nuestro modelo, un sétimo escaño sería también para UPyD, aún empatado a votos con el PSOE, partido que solo podría obtener un escaño si existiesen 8.

Este problema se hace más grave en las elecciones nacionales ya que, por ejemplo, en Almería solo tenemos 6 escaños a repartir. Pero en las municipales, las concejalías en juego en El Ejido son 25. Y eso nos devuelve al principio de esta larga cháchara (¿seguís despiertos, verdad?). 25 escaños dan pie a que aquellos que no son iguales a todos, aquellos que sí quieren trabajar de verdad por un Ayuntamiento libre de corrupción y que funcione, vamos, por aquellos que no se han llevado su tajada del pastel para quitaros las ganas de votar, lleguen a entrar en el Ayuntamiento.

Los otros tienen echadas otras cuentas. Vamos a ver si somos capaces de jodérselas.





viernes, 25 de febrero de 2011

La verdad de las mentiras. Encuestas.

En las próximas fechas, y hasta casi el mismo día de las elecciones, vamos a asistir a un cruce tal de embustes sobre los espectaculares resultados que cada uno de los tres partidos ahora representados en el consistorio ejidense van a lograr que convendría intentar aclarar varios puntos, basándonos, eso sí, única y exclusivamente en los indicios que nos van dejando los mismos actores de esta delirante comedia. En primer lugar decir que el PP viene haciendo encuestas sobre los resultados en El Ejido muy asiduamente y, si no se han hecho públicas esas encuestas es porque las cuentas no les salen. Tampoco les salen las cuentas al PSOE. La encuesta de la que dice disponer el PAL o no existe o pura y llanamente han falsificado los datos. Si alguien piensa que en El Ejido una encuesta telefónica puede dar datos fiables, por mucha cocina que se le aplique, creo que está muy equivocado, y más teniendo en cuenta la cantidad de defensores callejeros de Enciso que en la intimidad de sus hogares confiesan que no les piensan votar. Creemos, pues, que los resultados que el PAL obtenga en las encuestas están necesariamente inflados por la desconfianza y el disimulo de unos ciudadanos curtidos que piensan que hasta el rabo todo es toro, y que aunque esté casi para el arrastre todavía puede dar alguna corná. Las encuestas del PP, el partido que aplica el sistema de encuestas incluso para elegir a muchos de sus candidatos (en El Ejido más que cocina se aplicó cosmética al limitar las posibilidades solo a dos candidatos y marcar los rasgos más sobresalientes del candidato victorioso a priori, ¿cuáles? ¿Su preparación? ¿Preparación para qué, para hacer lo que ya hizo, presuntamente?). Las encuestas encargadas por el Partido Popular partían de un triple empate virtual entre PP, PSOE y PAL en sus inicios, y entre uno y dos concejales para IU. UPyD creemos que no estaba incluido al principio, en medio: bajadas de PSOE y PAL y subida de los populares y, al final, recuperación del PSOE, estabilización del PAL y subida de IU y UPyD, subida de ambas formaciones que perjudicaría sobre todo al PP. En esto coinciden con las encuestas socialistas y los movimientos de alguno de sus líderes (intento de acercamiento a otras fuerzas políticas hasta hace nada descartadas) que parecen asumir que con el PAL no suman lo suficiente y empiezan a considerar otras opciones posibles. El empeño e insistencia de los populares ejidenses en la concentración del voto y su intento de bipolarizar la campaña, por un lado el pacto PSOE-PAL y por otro lado ellos, pone a las claras su nerviosismo. Por otro lado, la insistencia de algunos militantes del Partido Popular en que se incida en sacar a la luz más cosas de la OP indica a las claras el desconocimiento de muchos de que de seguir por ese camino se revelarían las implicaciones societarias de su candidato con muchos de los imputados. Muchos medios que conocen al dedillo el sumario aguardan para después de hacer caja muchas revelaciones que, de no conseguir el poder, pondrán a Paco Góngora en la picota. Si lo consigue será la Justicia quien lo reclame en su día, todo presuntamente, claro. La clave de lo que pueda pasar está en la reacción del electorado cuando conozca el cúmulo de informaciones comprometedoras que presuntamente van a salir sobre el candidato popular y el nivel de apoyo de partidos en crecimiento vertical (UpyD e IU) y la posible irrupción de una candidatura independiente. Veremos.

domingo, 20 de febrero de 2011

El carnaval de los animales políticos (I)

A tenor del descubrimiento de que estructurar un pensamiento de forma medianamente correcta por medio de la escritura puede no ser del todo malo y sospechoso, en El Ejido, una pléyade de aspirantes a políticos con sueldo y prebendas, aspirantes a cargo con sueldo y aspirantes a cargo y/o prebendas en general se han lanzado a convencernos a los simples ciudadanos de que lo que llegamos a comprender como meridianamente claro e inteligible con solo usar un poco de sentido común no es más que un cúmulo de errores y simplificaciones de la realidad que sin duda son fruto de nuestra escasa preparación, nuestra nula capacidad intelectual, y la atrofia de nuestros sentidos. De hecho, nuestra verdad más inmutable es que el único sentido que tenemos desarrollado, al contrario que prácticamente todos los políticos del PAL y algunos de PP y PSOE, es el del ridículo. Pero esto no significa en ningún modo falta de respeto por los ciudadanos, ¡no, qué va!, muy al contrario (aquí es donde hago un paréntesis y aprovecho para meter una lectura que acabo de empezar ahora: La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, El contexto de François Rabelais, más que nada pa tirarme el rollo). De alguna manera, estos antedichos políticos lo que hacen ni más ni menos es entroncar con lo que Bajtin llama cultura carnavalesca (una de cuyas ramas doradas es la literatura picaresca española, una de cuyas cabezas invisibles es ese perfil falso de Facebook que escribió El Lazarillo). Los periodos electorales no son sino un gran carnaval en el que se prescinde del escenario y se busca la horizontalidad hasta llegar al encamamiento y la coyunda. La anulación de las jerarquías, por tiempo breve, se produce gracias a las nuevas tecnologías y las redes sociales y por la necesidad perentoria de votos que obliga a los políticos a la cercanía y a ignorar su condición de “actores” para acabar mezclándose con los espectadores, con el pueblo, con el vulgo, con sus votantes, esas deseadas criaturas polimórficas que en su estadio de lúbrico voto son el objeto del deseo del político obseso que, una vez pasado el susodicho periodo electoral/carnaval, volverá a olvidar sus promesas y a tratarlos, en caso de conseguir el poder y salvo honrosas excepciones, como súbditos. Para algunos de estos políticos profesionales con ínfulas de realeza, pongamos por caso Juan Enciso, la democracia no es más que una monarquía interrumpida brevemente cada cuatro años por espacio de unas semanas de cierta incertidumbre. Ya hace tiempo, pues, que vemos llenarse nuestras calles, reales y virtuales, de cómicos, bufones, personajes de largas orejas, ogros, cenutrios, mastuerzos, gigantes, enanos, monstruos, payasos (nosotros, los del Circo del Poniente, somos un vivo ejemplo), tragasables, escupefuegos, malabaristas del lenguaje torpe, contorsionistas, transformistas, y, los más importantes: los jurisprudentes prestidigitadores del código civil y penal y los magos que hacen desparecer cantidades ingentes de dinero del agrario erario público casi por ensalmo. Sirvan como ejemplo estos tres personajes de la primera línea política ejidense (si bien es cierto que con muy diferente responsabilidad en todo el cúmulo de acontecimientos de los que hemos sido víctimas los ciudadanos de El Ejido): Juan Enciso, Guadalupe Fernández y Paco Góngora, y como muestra de los intentos de ellos y los suyos, con el concurso de los medios de comunicación a su alcance, de deformar la realidad hasta el punto de llegar a hacerla irreconocible y de intentar justificar lo injustificable con todo tipo de trampas argumentales GROTESCAS.

¿Quién si no se va a encargar de la medieval, grotesca y carnavalesca Fiesta del asno que nuestro imputadísimo Juan Enciso (y su cortejo), que se empeña en negar la realidad (incluida su presunta implicación en las diferentes tramas de corrupción que investiga la juez Montserrat Peña) de manera tan absoluta que no me lo puedo imaginar de otra manera que no sea como un Moisés rodeado de montañas de folios del sumario y dirigiéndose a su grey ejidense proclamando: “Pueblo El Ejido, ¿veis esas montañas de documentos? Las llaman Operación Poniente. Pues, veréis, detrás de esas montañas no hay nada, asín que, seguidme por la Senda de la Verdadera Verdad (la mía y la de Añez) y os llevaré a la Tierra Prometida. Yo no me he llevao el maná ni na que no sea mío; que nadie os venda esa burra. Y, sobre todo, pensad que Dios, o sea Yo, proveerá, nosotros nunca dejaremos de ser el pueblo El Ejido. Que sepáis que tenemos una lista de gente mu prepará, no os vamos a decir pa qué están preparaos, pero lo cierto es que están preparaos. Esta tierra y yo estamos indisolublemente unidos, yo soy El Ejido y El Ejido es Juan Enciso, porque vuestro alcalde/dios es uno y dúo y no se entendería el uno sin el otro”. Cito a Bajtin: “(…) Esa es también su concepción de la locura. Presentimos en el loco algo que no le pertenece como si un espíritu inhumano [Añez] se hubiera introducido en su alma”. Plantea Enciso, pues, una sustitución radical de una realidad más o menos empírica por un mundo creado a su imagen y semejanza, a la vez Dios y profeta de sí mismo, que volverá a triunfar en las urnas contra la tentación de cambio y el mal absoluto representado por los otros. Esos otros no son otros (esteee, valga la redonda) que sus rivales ECONÓMICOS y los representantes políticos y mediáticos a las órdenes de estos que quieren usurparle el poder: su tesorooooo. Lo más grandioso de este espectáculo popular (al que se engarzan de forma natural, cambiante y proteica multitud de variaciones litúrgicas como la Liturgia de los bebedores, la Liturgia de los jugadores o la Liturgia de los puteros), es que los participantes no son partícipes (valga la redundancia) del carácter grotesco de esta “ceremonia de la confusión” que carece para ellos, los PALeros, de rasgos paródicos, aunque visto desde un plano externo, y por tanto no carnavalesco (en tanto lo carnavalesco implica inserción y horizontalidad) aparezca como un espectáculo nítidamente esperpéntico.

Con la candidata del PSOE, Guadalupe Fernández, tenemos a mi juicio a la representante perfecta (en lo tocante a la evolución de lo grotesco popular y lo carnavalesco) de lo grotesco carnavalesco decimonónico, con clarísimas influencias, sin embargo, del despotismo ilustrado, acuérdense: todo para el pueblo pero sin el pueblo. Lo grotesco y carnavalesco permanece en su esencia y en su modo de actuar y en todo lo que la rodea, pero la candidata socialista no llega ni a atisbarlo en los demás ni a reconocerlo como parte de sí. Según Bajtin. “(…) en el siglo XIX, se perdió la comprensión de la comicidad presente en esas imágenes, que fueron interpretadas con absoluta seriedad y unilateralidad, por lo cual se volvieron falsas y anodinas”. Esta falta de comprensión produce, a mi modo de ver, un efecto redoblado de comicidad con cierto regusto amargo que hace de los espectáculos que nos suele brindar Guada una delicia. Guadalupe ha representado disciplinadamente los papeles que se le han encomendado sin rechistar y de buena gana por su fe profunda en la finalidad de su destino, que no es otro que conseguir el “bien” para sus conciudadanos, así en abstracto, lo cual en ningún momento ha implicado que se sienta impelida a involucrarse horizontalmente con el populacho, tan proclive al revolcón y a la promiscuidad, a veces representado por unos cuantos, muy pocos y muy intolerantes (entre los que nos encontrábamos nuestro querido amigo Josetxu Eguidazu, su hermana y futura presidenta del Foro Ciudadano Josetxu Eguidazu, Karmela Eguidazu, Pepe Capel y el perfil falso de Facebook que no firma ni rubrica esta parodia) que osan interrumpir, por ejemplo, las ceremonias viciadas de un Régimen pútrido que hace décadas que huele a cloaca y del que de mil amores y beatíficamente ha sido connivente los últimos años. Ha evitado pues, por padecer, según parece, una especie de horror vacui, las simas del conflicto con aquellos que de “ninguna manera” el PSOE ejidense mantiene un pacto, limitándose a salmodiar un número limitado de frases cíclicas contra el PP y un número casi infinito de “nosotros fuimos los primeros en denunciar...”, que ahora ya en periodo electoral se está tornando crítica abierta a los aspectos más relacionados con la gestión municipal, pero obviando, y he aquí lo más importante, la Operación Poniente. Tenemos, entonces, a una candidata que ignora, por falta de comprensión o por conveniencia, la causa más importante (no la única), del caos de lo público y del saqueo en El Ejido (y próximamente en los mejores cines, que aquí no se acaba la Historia ni mucho menos, Fukuyama). En esto de hacer el vaciado de lo esencial la podríamos emparentar con la abstracción escultórica contemporánea, en concreto con los escultores Chillida y Oteiza, pero sólo en teoría; en el último momento siempre parece preferir la escoria al fruto del vaciado de la materia. Tenemos pues a un candidato que, presuntamente, vacía las arcas municipales (con ayuda o en compañía de otros) y a otra que vacía de sentido su propia candidatura y la deja al albur de una supuesta predestinación familiar, de un “ello” que la empuja al sacrificio ritual de la política. ¿Cuál es el nexo de unión entre ambos candidatos, quién ha propiciado la entente cordiale de los últimos años? Si Hablamos del diputado andaluz conseguidor e interlocutor válido, entre otros, de los intereses MUNICIPALES de algunos de los imputados ante la Junta, (siempre por el bien de los ciudadanos de El Ejido, que quede claro) tiene que aparecer en la plaza pública donde acontece este carnaval, (haga un poco de sitio, señora, y deje de sobarme la entrepierna, que tiene usted la edad de mi abuela), su mentor, García Quero, protagonista con otros de una portada de La Voz de Almería por aquel asunto de sus cuartos de baño, y más propicio a lo grotesco de carácter fantástico y surrealista que al expresionismo abstracto de su protegida, que prefirió brindarnos una serie de explicaciones al respecto llenas de seres espectrales, extraterrestres y poltergeist con la ropa de Elsur antes de recurrir al grueso y escatológico: “La he cagao”, que fue y sigue siendo el mea culpa del pueblo llano. Ambas palabras: “cagao” y “mea”, muy relacionadas con los cuartos de baño, tengo que señalar, por si a alguien se le escapa. Puede que esta misma semana tenga que dar algunas explicaciones a este y otros respectos, junto a su compañero Segura Vizcaíno ante la juez Peña, que parece que tiene poco de grotesca y carnavalesca y mucho de serenidad clásica, a veces tan soporífera, desgraciadamente, pero siempre tan necesaria. Estamos en el periodo de instrucción, es muy posible que cuando comience el juicio la cosa se remedie y podamos asistir a un buen espectáculo.

Paco Góngora es el candidato que representa mejor lo grotesco-carnavalesco en su variante romántica, en concreto la variante romántica Richard Clayderman.

(Continuará)

viernes, 18 de febrero de 2011

Las prisas no son buenas

Conforme se va leyendo al detalle todo lo que el sumario de la Operación Poniente tiene que ofrecer, la sangre puede llegar a adquirir temperaturas insanas que bloqueen el correcto funcionamiento del cerebro y que dan ganas de decir: "Esto habría que publicarlo y que lo supiera todo el mundo". Los imputados son muy conscientes de ello y seguramente sus abogados les habrán recomendado que recen porque alguien lo haga. Porque aunque no lo parezca, intentamos que la Justicia sea justa y si alguien sacase algo realmente sustancioso antes del juicio estaría invalidando que esa sustancia se usase en el mismo. Esto es una pena, porque las elecciones de mayo están a la vuelta de la esquina y nos vendría muy bien a todos los votantes ejidenses conocer todo lo que está escrito en ese sumario y tenerlo en consideración a la hora de elegir nuestro voto.

Pero amigos, la sangre fría es uno de nuestros atributos más preciados. Nos encanta trabajarlo y desarrollarlo. Cuando uno no se juega ni poder, ni dinero, ni réditos políticos, cuando lo único que está en juego de verdad es la integridad de los individuos soberanos, no hay por qué apresurarse ni dar pasos en falso. Podemos esperar tranquilamente, al menos viendo como estamos viendo que los que de verdad nos importan, los vecinos de El Ejido, estamos reaccionando ante lo que pasa. Cada uno a su manera, cada uno con sus medios. ¿Qué más podríamos pedir?

Poco más, así que no tenemos por qué divulgar nada de lo que haya en el sumario. Lo que sí podemos divulgar es lo que no hay en el sumario. De todos los tomos leídos aún no se sabe que se haya grabado una conversación que tenga que ver con la gestión limpia y directa, ninguna que verse sobre temas económicos sin ningún transfondo detrás, no hay ni una sola mención a la familia o a la amistad que no vaya acompañada de alguna instrucción para sacar beneficio a dichas relaciones. No hay reflexiones sobrias, no hay ideas políticas desde luego, no hay sentimientos. Lo más parecido a la conciencia democrática que se puede encontrar son los emplazamientos a continuar determinadas conversaciones en persona, en lugar de por teléfono.

Como decía, la sangre bulle al percatarse de tanta ausencia. Algo te pide que te adelantes al tiempo. Pero no se puede. Y está bien que lo sepamos. Porque las prisas no son buenas.